Principios del siglo XXI: El español medio se sigue mirando al ombligo presumiendo de las bondades de nuestro sistema político, nuestro sistema democrático.
Un sistema político en el que se compran votos por 400 euros (o por algo peor, por un bocadillo).
Un sistema político donde la inflación está disparada, y a pesar de que el crecimiento económico está sostenido, se decide inyectar dinero en el sistema a costa de comprometer el control de la inflación. ¿Por qué? Porque el español medio no tiene ni pajolera idea de economía. No tiene ni pajolera idea de temas fiscales. No tiene ni pajolera idea de casi nada, excepto eso sí, de los programas basura. Y ese español medio que no tiene ni idea de nada vota. Pero no vota basándose en un programa o en unas ideas. Vota en función de las consignas que se dan y que casi todas por no decir todas son mentiras. Vota por los cuatrocientos euros, o porque España se rompe o porque hay trituradoras de niños o porque supuestamente es bueno subvencionar el alquiler (que lo único que ha conseguido es que los alquileres suban de forma paralela a la subvención).
Según una encuesta publicada hace unos días el 70% (setenta de cada 100... que no es poco) de la población española creía que la subida de los tipos de interés es competencia del gobierno español.
Pues bien, todos esos votan. Y con su voto basado en tonterías deciden quien va a gobernar en este país. Y eso no marca solo sus vidas, marca también la mía.
No creo que la democracia sea el mejor sistema. Solo creo que nuestra limitada psique aún no ha encontrado un sistema que sirva. Porque este sistema, mal que pese a quien pese, no funciona.
Al final esta democracia no es más que una dictadura, la dictadura de los medios, la dictadura de los borregos.
Un sistema político en el que se compran votos por 400 euros (o por algo peor, por un bocadillo).
Un sistema político donde la inflación está disparada, y a pesar de que el crecimiento económico está sostenido, se decide inyectar dinero en el sistema a costa de comprometer el control de la inflación. ¿Por qué? Porque el español medio no tiene ni pajolera idea de economía. No tiene ni pajolera idea de temas fiscales. No tiene ni pajolera idea de casi nada, excepto eso sí, de los programas basura. Y ese español medio que no tiene ni idea de nada vota. Pero no vota basándose en un programa o en unas ideas. Vota en función de las consignas que se dan y que casi todas por no decir todas son mentiras. Vota por los cuatrocientos euros, o porque España se rompe o porque hay trituradoras de niños o porque supuestamente es bueno subvencionar el alquiler (que lo único que ha conseguido es que los alquileres suban de forma paralela a la subvención).
Según una encuesta publicada hace unos días el 70% (setenta de cada 100... que no es poco) de la población española creía que la subida de los tipos de interés es competencia del gobierno español.
Pues bien, todos esos votan. Y con su voto basado en tonterías deciden quien va a gobernar en este país. Y eso no marca solo sus vidas, marca también la mía.
No creo que la democracia sea el mejor sistema. Solo creo que nuestra limitada psique aún no ha encontrado un sistema que sirva. Porque este sistema, mal que pese a quien pese, no funciona.
Al final esta democracia no es más que una dictadura, la dictadura de los medios, la dictadura de los borregos.