Estaba escuchando al sacerdote, y me di cuenta de algo que seguro que es obvio para muchos, aunque para mi no lo era hasta ese momento: Las religiones solo se basan Leer más... en la promisión de cosas buenas. Los católicos buenos van al cielo. Los paganos al infierno. Coged cualquier religión, la que sea, y la mecánica siempre es la misma: Te prometo el paraíso si rindes pleitesía a mi Dios, y haces lo que dicen las Sagradas Escrituras al efecto. Pero cuidadín si no lo haces, porque entonces arderás en el infierno donde te meterán piñas por el … bueno, por ahí. Y pobre de ti si no crees en ese Dios, porque el efecto es el mismo (infierno bla, bla, bla) aunque hayas sido un santo toda tu vida, tengas unos pensamientos puros, hayas ayudado a todo hijo de vecino y solo tengas buenas acciones en tu haber.
Lógicamente las religiones tienen adeptos en tanto en cuanto la promesa de algo mejor existe. No me imagino a nadie yendo a una iglesia los domingos o rezando 5 veces al día mirando a la Meca bajo la creencia de que después de la muerte no hay nada, o hay algo peor que esto. Si es así que rece Rita, ¿no?
Siguiendo el hilo del razonamiento me pregunto yo… ¿esas promesas son reales, o son solo marketing? Porque está claro que si Jesús hubiera sabido que no hay paraíso ni nada, o peor, si solo nos espera el infierno…¿Cómo hubiera vendido eso? Por muy buen vendedor que hubiera sido, en un caso así, o suelta una “mentirijilla” o no compra la religión ni Dios (valga la redundancia). Así que la mentirijilla se puede justificar en aras de la penetración de la religión y tal, y el prometer el paraíso al estilo político (como cuando hay elecciones, que prometen todo lo que pueden y más) estaría plenamente justificado por la causa. Eso sí, cuando te vayas al otro barrio, no podrás reclamar ni amenazar con no volver a votarles, porque ya “has gastado tu voto”.
Quizás las personas religiosas saben esto mejor que nosotros y actúan en consecuencia. Bueno, no todos. Recuerdo el sacerdote que casó a unos amigos que casi consigue que me convirtiese al catolicismo. Que discurso más genial. Supongo que no se pueden decir cosas tan bonitas si no crees en ellas. Así que doy por hecho que aquellos que gastan su vida en dar misas, prescindir del sexo y la familia y de su patrimonio, sin ninguna otra contraprestación lo hacen en base a unas sólidas creencias. También pensaba en eso el otro día… si todo es mentira, que pena de vidas desperdiciadas.
Pero claro, tras esos mensajes buenos están los otros. Cada vez que piden dinero para los pobres, me acuerdo de los kilómetros de tela que se gasta al año el señor del bastón, y me pongo de los nervios. ¿Cómo se puede tener tanta cara? Si yo me gastase la pasta en ropajes que se gasta el obispo de Áquila ese que vive en el Vaticano, como poco se me caería la cara de vergüenza en pedir dinero para los pobres tirándolo de esa manera.
Pero es que hay más, en los mandamientos se habla de que no se debe mentir, y es obvio que los primeros que mienten conscientemente son ellos, y ya se han cargado el octavo mandamiento.
No se puede decir no cometerás actos impuros (porque te vas al infierno) y abusar de niños. ¿Son esos señores conscientes de que se van al infierno de acuerdo a su mismo código, aparte de la repugnancia moral que producen actos como ese, y de paso se cargan el sexto? ¿Y aquellos que les justifican a sabiendas (están mintiendo, otra vez el quinto) tampoco son conscientes de eso?.Es el mismo caso que el que sucede con los capellanes castrenses. El principio de “no matarás” se lo pasan por ese sitio. ¿Cómo puede ser eso? Si amas al prójimo como a ti mismo no justificarías jamás que tus amigos se carguen al prójimo solo con la disculpa de que estén en guerra. Todos estos personajes… ¿Viven tranquilos sabiendo que van a ir al infierno?
Pues no, si viven tranquilos va a ser eso, que ellos saben algo que desconocemos, que presumiblemente será que no hay cielo ni infierno, y que en aras de conseguir “votos”, vivir como reyes, y evitar el pánico público nos han prometido el paraíso, o bien que tienen un teléfono rojo con el que hablan con el de arriba, que les ha dicho algo así como que con los mandamientos ocurre lo mismo que con el código de los piratas, que “son solo unas directrices”.
No sería malo que fueran unas directrices si al menos se siguieran, pero ni eso, oye…
¿Sabéis por que pueden hacer eso? Porque no hay libro de reclamaciones ni segundas elecciones. Una vez muerto no ha vuelto nadie, así que se aprovechan de que en el tema religioso solo tenemos un voto. Así que pensáoslo bien antes de decidir a quien se lo dais.