jueves, 23 de agosto de 2007

La mentira

Es habitual que en situaciones determinadas de forma ocasional alguien pueda contar una mentirijilla.

Sin embargo, en la sociedad en que vivimos asistimos contínuamente a la mentira como forma de vida.

Los políticos se dedican a mentir como el que come pipas, con una cara más dura que la de Van Gaal, a sabiendas de que están mintiendo, y parte de la audiencia lo sabe, y les da igual... siguen con su cara dura.

Los que defraudan a hacienda o la seguridad social. Es muy curioso, pero cuanto más defraudan ellos más tenemos que pagar el resto. Y sin embargo es algo que no se ve mal y está socialmente aceptado.

Los mentirosos patológicos, aquellos que mienten más que hablan y sin embargo acusan a los demás de mentir, algunos con oscuros intereses y otros simplemente con un problema mental que les impide mirar la vida a la cara, enfrentarse a ella y decir la verdad.

Aquellos que les para la policia o la guardia civil y dicen "yo iba bien, no iba más rápido, estará mal el radar" y lo dicen a sabiendas de que es falso, y han puesto en peligro su vida, y lo que es peor, la vida del resto de los usuarios de la vía.

Aquel que da un golpe a un coche y se marcha pitando, pero alguien le ve, apunta la matrícula y cuando llega la hora de la verdad dice que no ha estado nunca allí y se trae un testigo también mentiroso que lo refuerza, solo por ahorrarse la bonificación del seguro.

También el consumo general, que se basa en gran medida en la mentira. Aquí van unos pocos ejemplos:

- Los anuncios de cursos destinados a obtener trabajo. Mienten de forma descarada, con mentiras destinadas a un público crédulo y muy necesitado. Y es legal. Facturan al año millones y millones basados en la mentira.

- Los remedios milagrosos contra todo, desde astenia hasta cancer, donde "el honesto Lou" vende el tónico milagroso (al estilo del antiguo oeste) o la técnica milagrosa, claro está, despues de contarte lo bien que le ha venido a él, o a alguien cercano, y con el gancho adecuado para que la gente "pique".

- Los anuncios de detergentes, donde si la camisa está tan guarra como sale en el anuncio no la han lavado en su vida y es poco probable que nada, ni la lejia pura pudiera hacerla blanca.

- Los anuncios de colonia o desodorantes, que más que anuncios de productos para oler mejor o terminar con el olor corporal parecen anuncios de feromonas afrodisiacas.

- Los anuncios de alimentos enriquecidos, donde el enriquecimiento la mayoría de las veces es testimonial si lo comparamos con la dieta diaria, pero eso se lo callan de forma conveniente.

¿Por que no se dirá siempre la verdad? Todos saldríamos ganando... claro, todos no, aquellos que viven de la mentira no ganarían.

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