Hace mucho que no veo el canal de Odisea. A mi pareja le disgusta sobremanera ver como la naturaleza (que en el fondo es muy cruel) impulsa a unos seres a merendarse a los otros para poder seguir existiendo en este mundo y no ser pasto de los gusanos después de unos días famélico arrastrándose por aquí y por allá.
Cuando lo veía siempre pensaba en aquel cachorro que por azares del destino y por una decisión puntual mal tomada se separaba de la manada o de los cuidados de su madre y acababa en el estómago agradecido de un depredador. Siempre pienso en ese punto, en ese pequeño momento, en esa decisión que supuso la diferencia entre la vida y la muerte.
¿Qué hubiera ocurrido si hubiese decidido caminar en sentido contrario? Al estilo de películas de hollywood habría existido otro futuro, incierto pero diferente donde ese cachorro habría crecido y habría llegado a vivir. Todo su futuro habría cambiado.
Quizás con menos trascendencia que la vida y la muerte, pero aún así con mucha trascendencia, todos a lo largo de nuestra vida hemos tomado decisiones que nos han inclinado hacia un lado o hacia otro de la balanza. Con el paso de los años se me ocurren a bote pronto una docena de situaciones en las que de haber hecho algo que no hice o de haber tomado un camino en vez de otro no estaría donde estoy, no estaría con quien estoy ni seria quien soy.
¿Quién tuviera una máquina “y si”? (Esa máquina que apareció en varios episodios de futurama que mostraba como hubieran sido las cosas si…)
Si cierto día no hubiera metido los dedos en el enchufe, si hubiera vivido en otro barrio, si hubiera salido con aquella chica, si hubiera marcado una «x» en vez de un «2», si hubiera estudiado aquello en vez de esto, si no hubiera hecho el vago en aquel examen, si me hubiera ahogado en aquella playa, si en cierta entrevista de trabajo hubiera contestado «a» en vez de «b», si no hubiera entrado en aquel callejón oscuro… mi vida seria completamente diferente y lo que ahora es mi vida ni tan siquiera hubiera existido.
Sé que es absurdo preguntarse que habría sucedido, nadie lo sabe ni nadie lo sabrá, pero sin embargo, me lo pregunto.
Cuando lo veía siempre pensaba en aquel cachorro que por azares del destino y por una decisión puntual mal tomada se separaba de la manada o de los cuidados de su madre y acababa en el estómago agradecido de un depredador. Siempre pienso en ese punto, en ese pequeño momento, en esa decisión que supuso la diferencia entre la vida y la muerte.
¿Qué hubiera ocurrido si hubiese decidido caminar en sentido contrario? Al estilo de películas de hollywood habría existido otro futuro, incierto pero diferente donde ese cachorro habría crecido y habría llegado a vivir. Todo su futuro habría cambiado.
Quizás con menos trascendencia que la vida y la muerte, pero aún así con mucha trascendencia, todos a lo largo de nuestra vida hemos tomado decisiones que nos han inclinado hacia un lado o hacia otro de la balanza. Con el paso de los años se me ocurren a bote pronto una docena de situaciones en las que de haber hecho algo que no hice o de haber tomado un camino en vez de otro no estaría donde estoy, no estaría con quien estoy ni seria quien soy.
¿Quién tuviera una máquina “y si”? (Esa máquina que apareció en varios episodios de futurama que mostraba como hubieran sido las cosas si…)
Si cierto día no hubiera metido los dedos en el enchufe, si hubiera vivido en otro barrio, si hubiera salido con aquella chica, si hubiera marcado una «x» en vez de un «2», si hubiera estudiado aquello en vez de esto, si no hubiera hecho el vago en aquel examen, si me hubiera ahogado en aquella playa, si en cierta entrevista de trabajo hubiera contestado «a» en vez de «b», si no hubiera entrado en aquel callejón oscuro… mi vida seria completamente diferente y lo que ahora es mi vida ni tan siquiera hubiera existido.
Sé que es absurdo preguntarse que habría sucedido, nadie lo sabe ni nadie lo sabrá, pero sin embargo, me lo pregunto.
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