Otra cosa para la que soy raro (además de los gustos de los alimentos) es con el tema del frío-calor. Y menos mal que mi compañera en esto es de mi misma opinión. Total, que aun viviendo en Gijón, en estos días calurosos de agosto, se agradece tener un aire acondicionado portátil, ruidoso, sin instalación... una mierda vamos; pero lo dicho, en algún día especialmente caluroso se agradece.
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Ayer fue uno de esos días. Estuvo todo el día encendido. Como es un aparato portátil, el agua condensada no tiene desagüe, y en un alarde de "provisionalidad" tenemos una pequeña manguera conectada al aparato, que desemboca en un caldero. Ese caldero en el que desemboca la manguera, al cabo de ocho horas, acabó con un montón de agua. No se cuanta, porque no la medí, pero el cubo estaba lleno, así que al menos quince litros llevaba. Quince litros en ocho horas. ¿De donde salió ese agua? ¿De la nada?
Cualquiera que sepa un poco de psicrometría sabrá que ese agua está disuelta en el aire y que al bajar la temperatura del mismo se satura y la humedad que porta se condensa en agua que va por la manguera y acaba en el caldero. Más o menos es así. Pero estaréis de acuerdo conmigo en que esa humedad en un día normal no se ve, no somos capaces de percibirla más que adivinar que está ahí porque nuestro sudor no se evapora. Tampoco somos capaces de ver el aire disuelto en el agua, ese que usan los peces para respirar, ni un azucarillo que desaparece al dar la vuelta a la cuchara.
Hay muchas cosas que no podemos percibir, y sin falta de irnos a las once dimensiones de las cuerdas, ni al mundo microscópico. No somos capaces de percibir colores por debajo del rojo ni por encima del violeta. Tampoco nos percatamos de sonidos por debajo de 20 hertzios ni por encima de 20 kilohertzios. Hay infinidad de olores que se escapan a nuestro olfato y son perfectamente identificados, por ejemplo, por los perros, que cuentan con entre 150 y 300 millones de células olfativas contra 5 millones con que contamos los humanos (ver AQUI).
Tampoco somos capaces de percibir la electricidad hasta un umbral determinado, ni la energía que desprende un imán.
Total, y en resumen, que hay muchas cosas que se nos escapan. Y somos conscientes de las que hemos detectado o percibido por otros medios. ¿Y aquellas que hipotéticamente no se detectan?¿Cuantas cosas, aun ahora se nos estarán escapando?¿Qué nos estaremos perdiendo? Y no me refiero precisamente al olor de las nubes. Así que, cuando veas un fantasma, o te cuenten que lo han visto, no lo catalogues como falso o como alucinación hasta pensar en esto que he comentado.
Este clip lo considero adecuado con el tema. La canción es pegadiza, y su melodía es bonita.
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Ayer fue uno de esos días. Estuvo todo el día encendido. Como es un aparato portátil, el agua condensada no tiene desagüe, y en un alarde de "provisionalidad" tenemos una pequeña manguera conectada al aparato, que desemboca en un caldero. Ese caldero en el que desemboca la manguera, al cabo de ocho horas, acabó con un montón de agua. No se cuanta, porque no la medí, pero el cubo estaba lleno, así que al menos quince litros llevaba. Quince litros en ocho horas. ¿De donde salió ese agua? ¿De la nada?
Cualquiera que sepa un poco de psicrometría sabrá que ese agua está disuelta en el aire y que al bajar la temperatura del mismo se satura y la humedad que porta se condensa en agua que va por la manguera y acaba en el caldero. Más o menos es así. Pero estaréis de acuerdo conmigo en que esa humedad en un día normal no se ve, no somos capaces de percibirla más que adivinar que está ahí porque nuestro sudor no se evapora. Tampoco somos capaces de ver el aire disuelto en el agua, ese que usan los peces para respirar, ni un azucarillo que desaparece al dar la vuelta a la cuchara.
Hay muchas cosas que no podemos percibir, y sin falta de irnos a las once dimensiones de las cuerdas, ni al mundo microscópico. No somos capaces de percibir colores por debajo del rojo ni por encima del violeta. Tampoco nos percatamos de sonidos por debajo de 20 hertzios ni por encima de 20 kilohertzios. Hay infinidad de olores que se escapan a nuestro olfato y son perfectamente identificados, por ejemplo, por los perros, que cuentan con entre 150 y 300 millones de células olfativas contra 5 millones con que contamos los humanos (ver AQUI).
Tampoco somos capaces de percibir la electricidad hasta un umbral determinado, ni la energía que desprende un imán.
Total, y en resumen, que hay muchas cosas que se nos escapan. Y somos conscientes de las que hemos detectado o percibido por otros medios. ¿Y aquellas que hipotéticamente no se detectan?¿Cuantas cosas, aun ahora se nos estarán escapando?¿Qué nos estaremos perdiendo? Y no me refiero precisamente al olor de las nubes. Así que, cuando veas un fantasma, o te cuenten que lo han visto, no lo catalogues como falso o como alucinación hasta pensar en esto que he comentado.
Este clip lo considero adecuado con el tema. La canción es pegadiza, y su melodía es bonita.
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